En este apartado vamos a sugerirte mensualmente una serie de maniobras sencillas para sentirte mejor. Pretendemos que estas técnicas mejoren el estado muscular de la zona donde aplicas el masaje y a nivel reflejo en otras zonas distantes.
Si tienes oportunidad, utiliza los servicios de un profesional masajista con cierta regularidad. Cuando no sea posible, pide colaboración a tu pareja, o bien intenta las técnicas sencillas de auto masaje que te ofrecemos.
El masaje actúa en el organismo beneficiándolo de maneras múltiples: activa la velocidad de la circulación sanguínea sobre todo a nivel venoso, estimula y acelera la circulación linfática y su efecto de drenaje, actúa sobre las contracturas musculares reflejas, limpia de toxinas las fibras musculares facilitando la contracción y posterior relajación, aumenta el numero de glóbulos rojos de la sangre y la temperatura corporal, ayuda a aumentar la función peristáltica normal de las vísceras del aparato digestivo, acelera el metabolismo, etc.
Para aliviar las molestias del embarazo puedes acudir a un masajista profesional, siempre teniendo presente que las mamas no deben masajearse a menos que una masajista comadrona realice un amasamiento suave para preparar los conductos galactóforos para la lactancia posterior al parto.
Los ejercicios que te proponemos a lo largo de este programa los puedes realizar sola o con la colaboración de tu pareja ya que no requieren especialización por ser caricias profundas más que un autentico masaje. El masaje es un buen medio para implicar a tu pareja en el embarazo durante los primeros meses.
Tomad siempre las siguientes precauciones:
Durante el primer trimestre los masajes deben limitarse al rostro, la cabeza o el cuello para aliviar dolores de cabeza, tensión muscular en la zona, o la ansiedad.
En el segundo trimestre, la indigestión y el insomnio suelen ser frecuentes y las manipulaciones suaves pueden ofrecer cierto alivio.
A lo largo del tercer trimestre surgen algunas molestias motivadas por el aumento de volumen del abdomen: la lordosis lumbar se acentúa y pueden surgir lumbalgias, las articulaciones sacro ilíacas se separan y aparecen molestias, la matriz comprime las venas iliacas disminuyendo la circulación venosa y pueden aparecer varices.
Después del parto no conviene que recibas masajes hasta después del puerperio. Durante ese tiempo la matriz debe cicatrizar, volver a su tamaño y a su posición ya que, igual que los intestinos, se desplazan y deben volver a su lugar correspondiente. Pasado el puerperio, el masaje y la gimnasia posparto ayudan a recobrar el tono a la musculatura abdominal. En caso de que las piernas sigan algo hinchadas o continúen las varices, el masaje mejorará la circulación.
Durante la gestación debes utilizar la crema antiestrías que recomiende tu médico. Si no lo haces, aparecerán estrías que son auténticas cicatrices provocadas por la tensión muscular del abdomen durante los últimos meses.
Este primer mes, vas a realizar un masaje facial o bien vas disfrutar del masaje relajante que te ofrezca tu pareja. La tensión y el estrés se reflejan en la cara con la contracción del entrecejo y la mandíbula preferentemente. El masaje en la cara facilita abandonar algunos gestos habituales y conduce a la relajación. Puedes utilizar la crema hidratante que uses habitualmente para impedir el arrastre de la piel. Durante el masaje no debes utilizar lentes de contacto.
Siéntate cómodamente con la cabeza apoyada y tu pareja se sitúa detrás de ti, o bien túmbate en el suelo o la cama y tu compañero se sienta detrás de ti, junto a la cabeza.