TINO Y EL DELFÍN
LIBERTAD Y AMOR A LA NATURALEZA

Hace muchos años donde ahora esta ubicado el parque BACONAO, crecía un árbol llamado por los indios Bacona, debajo de este nació un pequeño llamado por los aborígenes Baconao,

Parecía que al nacer debajo de tan bella planta, la naturaleza lo hubiese premiado con dones mágicos; tomaba un caracol en la mano y con habilidad increíble le abría un agujero, lo acercaba a su boca y al soplar, salían de él melodías incomparables.

Baconao pasaba horas y horas caminando por la playa, hablaba con los cangrejos y hasta le susurraba a las gaviotas alguna historia de peces y pescadores.

Un día en su largo andar nuestro amigo escuchó un lamento que provenía del mar.

Corriendo se adentró en la playa y muy cerca de la orilla donde apenas el mar le cubría sus tobillos, encontró algo increíble; un delfín se había atorado y luchaba fuertemente para salir de la arena, Baconao se acercó y trató de empujar al delfín pero se dió cuenta que sus fuerzas no eran suficientes, tomó en sus manos el caracol y comenzó a tocar aquella música que a todos hechizaba.

Como por arte de magia, comenzaron a aparecer peces de todos los colores, sardinas, salmones, langostas, cangrejos y gaviotas, todos acudieron al llamado de nuestro amigo.

Baconao tomó el cordel que ataba a su cuello para sujetar el caracol y lo anudó a la cola del delfín, habló con las gaviotas que lo tomaron con el pico y comenzaron a tirar, los peces todos junto nadaron contra la ola para empujarlo mar a fuera y los cangrejos excavaron poco a poco para separar la arena de su cuerpo y Zaz!!!.

De pronto comenzó a saltar dando fuertes coletazos pues había quedado libre.

Sintió gran alegría el niño al ver el delfín liberado, corrió por la playa gritando; "VIVA, VIVA, VIVA LA LIBERTAD ".

Al siguiente día regresó y se sentó a la orilla del mar a tocar su caracol sobre una roca y cuan grande fue su sorpresa al ver al delfín saltando sobre las olas y salpicándolo con agua.

El niño metió la mano en el mar y este se acercó para que lo acariciara, tenía la piel suave y brillante y hablándole como lo hacía a todos los animales, decidió llamarlo "TINO EL DELFÍN".

Tino venía todos los días al amanecer a contarle cuentos de los profundos océanos y dicen que durante muchos, muchos años todos los días Baconao hablaba con tino quien se convirtió en su mejor amigo.

Así que ya sabes:

Mas vale delfín Amigo

Que un malvado conocido.

Si eres bueno de verdad

Delfines amigos tendrás,

Sino te arrepentirás.

 

AUTOR: Roberto J. Valdes Martínez
PAIS: Cuba
E-MAIL: roberticojv@yahoo.es