MICAELA Y EL HADA DE LA OBEDIENCIA
OBEDIENCIA

Este es el país de los cuentos, hoy día Micaela ha llegado hasta aquí buscando algo, que será?...

•  ¡Hola, soy Micaela!

•  Hola!!!!, respondió el ratón Brillo Dorado,- mientras apuntaba en su libreta de notas con su gran lápiz también dorado.

•  Qué haces?,- preguntó Micaela,

•  Tengo que anotar a todos los visitantes.eres la visitante número 3.

•  ¡¿número 3?!, pensé que aquí venían muchos niños y niñas de todo el mundo.

•  Tienes razón, en realidad ese es mi número favorito, ji,ji,ji, se rió Brillo Dorado,- y qué haces por aquí?, éste es un lugar muy lejano.

•  Mamá me ha enviado, estoy buscando al Hada de la obediencia, necesito hablar con ella.

•  Pues hoy es tu día de suerte, yo te llevaré, dijo Brillo Dorado.

Es así como juntos emprendieron el viaje. Subieron sobre unas nubes que los transportaron por el cielo y durante el trayecto adoptaban diversas formas, eran hermosas!.

Luego, bajaron cerca de un río con aguas cristalinas , treparon sobre una hoja de eucalipto, y se dejaron llevar por las aguas hasta la próxima orilla, todo era muy divertido!.

Al final del camino había un castillo muy pero muy pequeñito y Brillo Dorado dijo:

•  Aquí es, ya llegamos, yo puedo entrar porque soy pequeño pero tú necesitas pasar por la prueba de la humildad.

•  La prueba de la humildad, cómo es eso? preguntó Micaela.

•  Solo párate frente a la puerta y si tu corazón tiene dentro el sentimiento de humildad te harás pequeña y podrás entrar.

•  Y si no resulta., tengo miedo Brillo Dorado- dijo Micaela.

•  No te preocupes eres una buena niña, todo saldrá bien.

Entonces Micaela se paró frente a la puerta del pequeño castillo y de pronto como por arte de magia se hizo tan pequeña que pudo entrar fácilmente.

- Qué bueno, ya estamos adentro, se alegró Micaela,-vamos a buscar al Hada de la Obediencia, amigo ratoncillo.

En medio de un gran altar estaba el Hada de la Obediencia, linda como una mariposa y con una sonrisa hermosa.

•  Hola Micaela que te trae por aquí?, preguntó el Hada.

•  Cómo está usted señora Hada, necesito saber el secreto de la obediencia pues me está resultando difícil ser obediente con mamá.

•  Es fácil querida amiga, recuerdas las nubes que te trajeron y el río en el que navegaste hasta acá?

•  Sí, lo recuerdo.

•  Pues ser obediente es ser como las nubes que pasan adoptando la forma que el viento les da, son hermosas y pueden ir fácilmente a cualquier lugar. También ser obediente es ser como el agua que fluye, que corre hacia abajo y llega al océano. Ser obediente es hacer lo que nos toca hacer pero con el corazón.

•  Aquel que es obediente tiene ventaja ante Dios, no es una tarea fácil pero te ayudará mucho escuchar y aceptar las opiniones de los demás.

Y luego voló hasta donde estaba Micaela, le dio un enorme abrazo y salió por la ventana a posarse sobre unas nubes que pasaban por allí.

Micaela cerró los ojos y apareció en su cuarto, ese día aprendió mucho.


AUTOR:
Fabiola Osorio Dominguez
PAIS: Lima, Perú
E-MAIL: fabiola_od@yahoo.es