MAMA LUNA
AMOR A LA NATURALEZA Y AMOR FILIAL


Lobito hacia tiempo que vivía sin mamá y papá por ello Luna y Sol habían decidido cuidarlo. En las mañanas lobito quedaba con papá Sol y en las tardes y noches con mamá Luna.

Durante las mañanas papá Sol, lo despertaba con sus pequeños rayos solares mientras que en la noche mamá Luna ya subía el nivel de agua del lago para que se refresque con su desayuno en la mañana.

Para el medio día papá Sol le indicaba los lugares donde lobito podía comer y cuando estaba a punto de peligrar de rato en rato tenia que quemarlo un poco para evitar que haga travesuras.

Cuando llegaba la tarde Sol y Luna se encontraban y arrullaban la siesta de lobito.

En la noche Luna le enseñaba a cantar y a llamarla para cuando la necesite. Por ello lobito aprendió a subir a una colina y a llamar a mamá Luna.

Lobito también había aprendido que cuando mamá estaba creciente, significaba que estaba contenta ya que era la sonrisa que solo mamá Luna podía ofrecer.

Cuando se portaba mal como toda mamá se enfadaba se ponía menguante hasta que Lobito aprendía la lección y nuevamente se ponía creciente para felicidad de los dos.

Cuando el sueño embargaba a Lobito mamá Luna arrullaba su sueño con su forma gibosa que se mecía de un lado para el otro.

Cuando lobito enfermaba Luna se ponía nueva para esperar el mal se vaya y el bebé mejore.

Cuando todo era dicha, era muy notorio ver a Luna feliz con su cachorro creciendo porque estaba llena de felicidad.

Cierta ocasión Sol hablo con Luna y le dijo que al norte él había encontrado a la familia de lobito. La noticia los puso triste porque era la primera vez que Sol y Luna habían tenido un hijo y les daba pena tener que separarse de él.

Pero el amor de ambos era tan grande que sabían que la felicidad de su lobito estaba al lado de sus verdaderos papás, por ello una noche lo guiaron hasta su familia.

Lobito llegó con su familia, pero hay algo que nunca olvido, pues cada noche subía a la colina y aullaba para llamar a mamá Luna. Poco después enseño a sus hermanitos a llamarla.

Sol y luna quedaron sorprendidos porque en vez de haber perdido un hijo como pensaron a un principio ganaron cientos, porque los animalitos hasta ahora cuando son pequeños se enseñan aquello que lobito aprendió hace mucho tiempo. "Llamar de un aullido a mamá Luna."

 

 

AUTOR: Raúl Pérez Albrecht
PAIS: Bolivia
E-MAIL: raulalbrecht@gmail.com