LA FERIA DE LOS BURROS
RESPETO
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Don Pedro es un burro, mi compadre Artemio es su dueño, ambos trabajan muy fuerte en la tierra de labor para producir su propio alimento, alfalfa para don Pedro, maíz, haba y fríjol para mi compadre.

Por los muchos años que tienen trabajando juntos, mi compadre Artemio casi no necesita hablarle a su borrico. Don Pedro entiende perfectamente y sabe qué es lo que tiene como tarea, realiza su trabajo con sumisión, como lo hacen todos estos animales, clavando su mirada en la recia figura de Artemio quien con sus ojos grades y de color aceituna le agradece la ayuda. Así cruzando miradas han visto pasar los años y han hecho florecer una bonita amistad entre bestia y hombre.

Don Pedro Llegó siendo muy pequeño a la casa de mi compadre Artemio. Quién sabe por qué le puso nombre de persona, un día me dijo: =Mire compadre como que este burro está muy despierto, yo creo que no es tan burro, hasta parece que entiende=, y así se le ocurrió bautizarlo como don Pedro, ahora es muy difícil ver a Artemio sin su burro marchando juntos a todas partes.

Un día nos enteramos que cerca de aquí, en un pueblo que se llama Otumba, el día primero de mayo se realiza su feria anual y la celebran con una gran carrera de burros alrededor del jardín principal, de hecho a esta feria se le conoce como "La feria del burro". La plaza principal de Otumba se llena de adornos hechos con papelitos de colores, hay juegos mecánicos, antojitos, mucha música y en la noche el cielo se ilumina con las luces de los juegos pirotécnicos.

Comenzamos a animar a mi compadre Artemio de que llevara a su burro a participar en esas famosas carreras hasta lograrlo y, el día primero de mayo, que nos vamos para Otumba. Fuimos muchos de aquí, fue don José el boticario, Paco el herrero, don Genaro el dueño de la tienda de abarrotes, de hecho él prestó la camioneta para transportar a don Pedro, me acuerdo que hasta doña lucha la que vende caldos de pollo afuera del mercado nos acompañó y llevó una gran olla de agua de Jamaica para que todos bebiéramos y no tuviéramos sed.

Cuando llegamos la fiesta ya estaba muy animada y muchos andaban paseando a sus burros, muy bien bañaditos y muy adornados, algunos llevaban grandes letreros con el nombre del animal, yo que le digo a mi compadre =baje usted a don Pedro y llévelo a pasear=, pero mi compadre Artemio muy tímido me decía que no, pues yo que agarro a don Pedro y que le llevo a pasear alrededor del jardín donde sería la carrera, don Pedro muy gustoso se dejaba llevar luciéndose, lo vestimos con un pantalón y una camisa de uno de mis hijos, apenas si le quedaba pero se veía muy bien.

Justito al medio día empezó la carrera, toda la gente se puso en la orilla de la calle para ver pasar a los veloces animales. Todos los burros salieron parejitos iban corre y corre alrededor del jardín.

Regresamos al pueblo cuando entraba la noche, la sierra de Guadalupe se veía muy bonita con la luz de la luna que le daba de lleno, ese día nos divertimos muchísimo, don Pedro no ganó la carrera pero hizo muchos amigos.


AUTOR:
Mauricio Yañez Bernal
PAIS: México
E-MAIL:
mauricioy@sep.gob.mx