¿HAS VISTO LOS BESOS PASAR?
Curiosidad, cooperación y ayuda, solidaridad, bondad
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Érase una vez... un pueblecito que se quedó sin besos.

Al salir el sol todos los habitantes de Saraguro, que así se llamaba el pueblo, se dieron cuenta de que todos los besos se habían ido y se quedaron muy tristes y apenados porque la vida es más bonita con besos y con amor.

¿Sabes tú dónde estarán todos los besos?

¿Puedes mirar debajo de tus pies para saber si están ahí? ¡No, no, están!

¿Puedes mirar detrás de ti para ver si un susto te quieren dar? ¡Ahhh, uhhh! ¡No, no están!

¿Puedes mirar en tus orejas por si casualidad colgados allí están? ¡No, no están!

¿Dónde estarán?

Zoila, una niña muy aventurera, atrevida y divertida, que vivía en la casa amarilla, decidió investigar este suceso tan extraño. Se calzó sus mejores zapatos y comenzó a caminar.

De repente, Zoila vio a Saturnino, un pato de lo más lindo.

"Querido Saturnino: ¿has visto a los besos pasar?"

"No, no, pues me acabo de levantar. Sigue el camino y seguro que los encontrarás".

Zoila continuó su camino y a su paso se encontró a Lala, la vaca.

"Querida Lala ¿has visto a los besos pasar?"

"No, no, pues jugando con la flor llevo un rato sin parar. Sigue el camino y seguro que los encontrarás".

Zoila tomó el sendero de la muralla y llegó hasta un precioso castillo. Con fuerza, golpeó la puerta y un serio soldado salió tras de ella. Con voz profunda el soldado gritó: "¿quién está ahí?"

"Querido soldado: ¿has visto a los besos pasar?"

"Si, si, aquí en el castillo de Don Beltrán deben de estar, el Rey a Doña Mencía todos se los quiere dar".

Así que Zoila llegó hasta el salón real y le preguntó a su majestad:

"Querido Rey: ¿has visto a los besos pasar?

El rey pensativo, miró a Zoila con dulces y amorosos ojos y le respondió:

"Hola Zoila, ¿has mirado debajo de tus pies?"

"Si, pero no están"

"¿Has mirado detrás de ti?"

"Si pero un susto tampoco me quieren dar"

"Y en tus orejas, ¿colgados no están?"

"No, no, no les encuentro por ningún lugar".

"Busca en tu corazón, verás como allí todos deben estar".

Zoila cerró los ojos y colocó las manos sobre su corazón, notó unos ligeros golpecitos ¡ton, ton, ton! y una sonrisa se dibujó en su boca. Poco a poco, al abrir los ojos Zoila sintió como de sus labios salían unos ruiditos...

¡MUA, MUA, MUA CUÁNTA FELICIDAD! ¡MUA, MUA, MUA CUÁNTA FELICIDAD!

¡EN EL CORAZÓN TODOS LOS BESOS ESTÁN! ¡EN EL CORAZÓN TODOS LOS BESOS ESTÁN!

¡A Saraguro todos los besos volveré a llevar, en mi corazón bien calentitos si que llegarán!.

Y colorín, colorado, los besos de Zoila nunca se terminaron.

Y colorín, colorete, en Saraguro celebraron una fiesta con cohetes.

AUTOR: Mª LUISA MINGUELA MERINO
PAIS: Segovia, España
E-MAIL: minguela@doe.uva.es