EL CANGREJO DESPISTADO
SENSIBILIDAD

Cierto día Ricardo fue a la playa con sus padres; era un niño que le gustaba el mar y jugar con las olas; el paseo a la playa era una de sus diversiones favoritas.

Enseguida llegó a la playa se quito las sandalias y la camiseta y salió corriendo al mar, ahí estuvo jugando con las olas que eran sus amigas. Al cabo de un rato salió del mar y se puso a jugar con la arena, armo un castillo, torres y montañas, finalmente se levantó con un balde y se fue al mar lo llenó de agua y como estaba cansado se acostó un rato boca arriba, se echó agua en el cuerpo que le cayó en el ombligo, Ricardo tenia un ombligo muy hondo.

De pronto apresé, caminado cerca del niño un cangrejo despistado que estaba buscando su casita que se le había perdido.

El cangrejo tropezó con el niño y como era tan despistado lo confundió con una montaña de arena, se monto en el cuerpo de Ricardo, continuo caminado y de repente vio el ombligo con el agua y se dijo: ¡ahí esta! ¡Al fin encontré mi casita!

Se metió en el ombligo y como estaba cansado se quedó dormido, pasaron unos minutos, se levantó para volver a meterse al mar, justo en ese momento se le salió el agua del ombligo y ambos sintieron algo raro.

Ricardo sintió como un cosquilleo en el ombligo y el cangrejo no sabía exactamente que había sentido, ¡como era tan despistado!

Ricardo ya no se metió al mar, sino que le contó lo del hormigueo a sus papás, los cuales decidieron que debían de partir inmediatamente de la playa para llevarlo al médico.

Cuando llegaron donde el doctor; el lo examinó y le tomo una radiografía, se dieron cuenta que dentro del niño se encontraba alojado un cangrejo, y como al niño le gustaban los animales se puso muy contento, así que decidió hospedar su nuevo inquilino en su cuerpo hasta que regresaran a la playa de nuevo y que este encontrara su casita. Pero como era un cangrejo despistado: ¡se quedó a vivir en el ombligo para siempre!

AUTOR: Angela María Visbal
E-MAIL: angelinamava@hotmail.com