EL BURRO NO TAN BURRO
AMISTAD, AYUDA MUTUA, COOPERACIÓN

En la inmensa selva de animalandia, se hallaba la escuela en la que asistían todos los animales.

El profesor era el Señor Búho. Los animales que ahí asistían no querían estudiar, a excepción del Burro Curro. Todos se burlaban de él, porque decían que los burros no aprenden. El Burro Curro tenía unas largas orejas, se sentaba en el rincón izquierdo del aula y siempre estaba atento a las explicaciones que daba el profesor Búho.

En los recreos nadie lo invitaba a jugar y Curro solo se sentaba y observaba a sus compañeros correr.


Una mañana llegó la Mona Ramona muy agitada, saltando por entre las ramas de los árboles y les contó que habían subido como de costumbre al bote para cruzar el río y asistir a la escuela; pero ese día el río normalmente tranquilo, estaba caudaloso y que el bote junto con los animales, estaba siendo arrastrado hacia la cascada.

La Mona Ramona, ayudada por sus compañeros, logró saltar hasta la rama de un árbol para cruzar al otro extremo del río e ir a la escuela a pedir ayuda.

El profesor Búho tomó una cuerda y salió volando velozmente, seguido por el Burro Curro que iba trotando a toda prisa y sobre su lomo iba montada la Mona Ramona.

Cuando llegaron al río, vieron que faltaban pocos metros para que el bote llegase a la cascada; el profesor Búho le tiró al Burro Curro un extremo de la cuerda y el otro lo amarró al bote; le dijo a Curro de tirase lo más fuerte que pudiese y lograron arrastrar el bote a la orilla del río.

Una vez pasado el susto, el profesor Búho y el Burro Curro les preguntaron, si es que no habían visto el letrero que estaba junto al bote y que decía que no crucen el río aquel día porque era peligroso.

Todos respondieron que habían visto el letrero, pero que como no sabían leer muy bien; no habían prestado atención, miraron a Curro sorprendidos de que él supiera leer. Ese día comprendieron que a la escuela no solamente se iba a jugar y en las horas de clase con el profesor Búho, ya no era Curro solamente el que estaba atento; y en los recreos todos jugaban con él.

AUTOR: Gaby Higashionna
PAIS: Japón
E-MAIL: mahimi9@yahoo.com