Encontramos diferencias

 

Había una vez una hermosa niña llamada Lalis, de cabello claro como sus ojos, de sonrisa radiante y fina figura. Tenia tres años y era muy feliz. Vivía en una acogedora casa a las orillas de una gran ciudad, rodeada de árboles, jardines y niños que se veían correr por las calles todas las tardes.

Lalis tenía un hermano menor al que cariñosamente llamaban Tobi, a quien le gustaba correr por toda la casa detrás de su hermana. Además de ser hermanos eran dos grandes amigos, pues sólo tenían de diferencia un año de edad y gustaban de compartir sus experiencias.

Lalis y Tobi junto con sus padres formaban una armoniosa familia. Papá y mamá siempre dedicaban tiempo a sus hijos, se esmeraban en su arreglo personal, y a la hora de la comida, siempre existían suculentos platillos, acompañados también de ricos postres

Un día recibieron una invitación para la fiesta de cumpleaños de su primo Paco el siguiente fin de semana.

- !Que alegría! - gritaba Lalis saltando de un lado para otro.

- !Vamos a la fiesta de mi primo!. Estoy segura de que habrá muchos niños y niñas con quien jugar, también payasos, globos y pasteeel de cumpleaños.

- ¿Si podemos ir mamita?... Sí, sí, por favor

- Por supuesto, -respondió mamá-. No podemos faltar, se divertirán muchísimo.

La idea de la fiesta le entusiasmaba mucho a Lalis, sin embargo había cosas que disfrutaba aún mas, como el DESCUBRIR NUEVAS COSAS. Buscaba todo lo que fuera divertido y sorprendente. Sus juegos siempre se basaban experimentos y eso le gustaba mucho, pues siempre lograba sensaciones muy emocionantes.

El día sábado, mientras mamá preparaba todo para bañar a los pequeños, a Lalis se le ocurrió una idea. Ya que el baño era una de las actividades diarias que más disfrutaba dijo:

- Mamá, ¿qué te perece si Tobi y yo, nos damos hoy un baño de burbujas?.

- Está bien -respondió mamá - pero de dónde sacaremos tantas burbujas?

- No te preocupes mamita, mi amiguito resbaloso (así llamaba al jabón de baño) es como un mago: lo frotas y lo frotas, con un poco de agua, y aparecen burbujas, y si soplas frente a ellas vuelan y vuelan, claro, algunas se quedan pegadas en nuestro cuerpo. ¡Eso se siente suave y muy rico!

- Mamá: ¿Hoy no usaras a esponjoso?. -Así llamaba Lalis a la esponja de baño.

Sí, usaremos a esponjoso -respondió Lalis-, para limpiar bien todo nuestro cuerpecito de la cabeza a los pies.

De repente se escucharon ruidos extraños, como pequeños golpes, las llaves rechinaban coordinadamente con un ritmo sabroso, y con un profundo eco, se escuchó por la tubería una dulce vocecita:

- !Hola Lalis!. Soy gotita, tu amiguita mañanera, quiero salir saltando y mojarte con mi rocío. Si abres las llaves saldré con una gran compañía.

Lalis y Tobi tenían cara de sorpresa. Con el alboroto de las burbujas habían olvidado abrir la regadera para enjuagarse. Pero al reconocer a gotita. Lalis y Tobi brincaron y cantaron.

Como Lalis no perdía oportunidad para sus juegos y experimentos, levantó la cabeza colocándola suavemente hacia su espalda. Recibía las gotitas saltarinas en la cara y en el pelo, pero !!AH, SORPRESA!! Cuanto más inclinaba la cabeza, su pelo parecía estar más largo y eso le emocionó, pues siempre soñaba con tener el pelo muy largo.

Entre tanto, las gotitas continuaban su recorrido por los hombros, codos y manos de Lalis y, junto con resbaloso y esponjoso trabajaban en limpiar su cuerpecito, pasando por su pecho, estomago y después las piernas.

De repente Lalis se dio cuenta que no sabía el nombre de la parte del cuerpo ubicada entre sus las piernas e inclinó la cabeza hacia delante y observó cómo caía el agua en esa parte de su cuerpo y preguntó a su mamá:

- ¿Cómo se llama esta parte del cuerpo por donde sale la pipí?

Mamá le respondió: -Se llama VULVA y forma parte de los órganos sexuales externos de la mujer.

- ¿Órganos externos? -Preguntó Lalis.

- Se les llama externos porque los podemos ver, pero la vulva tiene a su vez varias partes. Explicó mamá.

- Quiero conocer esas partes mami. Afirmó Lalis.

- ¿Ves esos dos pliegues de piel entre tus piernas? -Indicó mamá. Se llaman LABIOS MAYORES.

- Ahora, -indicó mamá- con tu mano toca tu vulva y abre los labios mayores suavemente. Ahí podemos ver el MEATO URINARIO, su función es permitir la salida de la orina (pipí). Un poco hacia atrás se encuentra el ORIFICIO VAGINAL y es la conexión con los órganos sexuales internos, que no vemos a simple vista, y un poco más atrás se encuentra el ANO, este permite la salida de excremento (popó).

- Entonces, a todos ellos se les llama VULVA? -preguntó Lalis.

- Así es, -respondió mamá. Y es muy importante que laves tu vulva con esponjoso y resbaloso suavemente, cada vez que te bañes, para evitar que queden residuos de orina o excremento y te produzcan malestares. ¿Estas de acuerdo?

- Claro que sí -respondió Lalis- siempre lavaré mi vulva al igual que el resto de mi cuerpo.

Mientras mamá dio la explicación a Lalis, Tobi las observó detenidamente y trató de observar su vulva, pero Lalis, que es muy observadora, preguntó:

- ¿Mi hermanito no tiene vulva, verdad mamá?

- No, -respondió mamá y les explicó: el organismo de los hombres es diferente. Las mujeres tenemos vulva y los hombres tienen pene. Ellos también tienen órganos sexuales externos. Una de las funciones del pene es permitir la salida de la orina (pipí) y se encuentra unido a una bolsa de piel, debajo de él, llamada ESCROTO. Un poco más atrás se encuentra el ANO, y es el encargado de permitir la salida del excremento (popó) al igual que en el caso de las mujeres.

- Entonces ¿el ANO se llama igual y tiene la misma función en los hombres y en las mujeres? -preguntó Lalis.

- Tienes razón -respondió mamá. Al igual que las mujeres, es importante que los hombres laven su pene cada vez que se bañen, recorriendo hacia abajo la piel que cubre al pene para limpiarlo a su alrededor, porque también ahí se pueden acumular residuos de orina.

Lalis y Tobi lavaron perfectamente TODO SU CUERPO con ayuda de esponjoso y resbaloso, mientras gotita también hacía su labor, enjuagando a los niños para expulsar a todos los bichitos que temen al agua y al jabón.

Después Lalis y Tobi secaron todo su cuerpo, se pusieron ropa limpia y adecuada para la fiesta de su primo Paco. También se dejaron peinar por mamá, quien los hizo ver muy guapos.

LLegada la hora, toda la familia se dirigió a la fiesta infantil, donde fueron recibidos con sonrisas y gritos por sus primos. Lalis se sentía orgullosa, pues ahora sabia todos los nombres correctos de su cuerpo además de que había descubierto algo muy importante: existen diferencias entre niños y niñas.

Observando a todos los invitados, descubrió también que, además de tener un cuerpo diferente, los niños y niñas usan ropa distinta y tienen juegos diferentes: Los niños jugaban con un trenecito, una pelota y unos soldaditos. Las niñas por su parte jugaban con muñecas, animalitos de peluche y un juego de té con muchos aditamentos.

Entonces Lalis reunió a sus primos y les dijo: Hoy hice un gran descubrimiento, ¿quieren saber cual es?

Los primos emocionados, reunidos en círculo y con gran entusiasmo escucharon el relato de Lalis mientras disfrutaron del pastel de Paco.

Laura Ramírez Velázquez


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